lunes, 28 de mayo de 2012

La revolución Agrícola


La revolucion agricola

Consiste en la supresión de la rotación trienal y en la desaparición de los barbechos.
La innovación fundamental es la alternancia de cereales con plantas destinadas en general al ganado.
Se considera a esta revolución como la primera en orden cronológico. Se ubica en Gran Bretaña en la primera mitad del siglo XVIII.
Antecedentes:
La Cuna de la Revolución Industrial. (Hacia una economía distinta)
La peculiar característica de la Gran Bretaña y la previa revolución agrícola hacia el siglo XVIII le permitió la referida acumulación del capital, base de la revolución industrial, y se manifestó en la aplicación de máquinas en la producción trayendo esto por resultado la confección de mayor numero de mercancías en menos tiempo, en general, la economía rural europea mantuvo su estructura tradicional, poco diferente a la estructura del siglo XVIII. El campesino continuó rutinariamente los sistemas antiguos, y una gran parte de las tierras siguieron siendo destinadas al cultivo del trigo. Y como lascomunicaciones eran difíciles cada comarca procuraba producir la cosecha suficiente, en la mayoría de los campos europeos no habían mejorado sus sistemas de trabajo.
El antiguo régimen
La rotación trienal era la técnica básica.
1701 1702 1703
Primera hoja: Trigo Avena Barbecho
Segunda hoja: Avena Barbecho Trigo
Tercera hoja: Barbecho Trigo Avena
- Lo que más se cultivaba eran cereales, pocas plantas de raíz, entre las cuales la patata era muy rara.
- Había poco ganado, poco estiércol, y en consecuencia, bajo rendimiento agrícola.
- A menudo se practicaba el policultivo.
Herramientas de trabajo arcaicas, el arado sólo constaba de una reja de madera, sin tren delantero.
Extensión de las superficies cultivadas
- El segundo aspecto fue la conquista de nuevas tierras cultivables.
- Se recurrió para ello a dos medios.
  1. La roturación de bosques, el drenaje de pantanos, el cultivo de eriales.
  2. La supresión del barbecho. En lugar de facilitar un descanso a la tierra producía mayor agotamiento, y cederá el puesto a plantas forrajeras.
- Consecuencia: mejora de la calidad de las tierras y el rendimiento de los cereales.
- El progreso de los forrajes permitió alimentar en mejores condiciones al ganado.
- De aquí deriva un progreso en la calidad y la cantidad de carne productos lácteos, y una mayor cantidad de estiércol para abonar las tierras.
- Por último se incorporan cultivos nuevos que en el siglo XIX tendrán un éxito generalizado: la remolacha azucarera y la
patata.
La revolución agraria
Tiempo antes de que los campos europeos existieran maquinarias agrarias, en los campos de Inglaterra, y más tarde en los de Francia, se desarrollaba un importante proceso agrario. Los predios comenzaron a cercarse, se vieron las ventajas de la rotación de la tierra, se mejoraron las empastadas y la crianza del ganado se perfeccionó.
En los años iniciales del siglo XVII se inició el empleo de nuevos métodos y técnicas que permitieron intensificar el cultivo y aumentar la productividad. A la vez, el transporte adquirió mayor importancia y las comunicaciones abrieron otros mercados a los productos agrícolas.
El individualismo agrario
- El cultivo continuo de los suelos, las nuevas roturaciones reducen mucho la trashumancia de los ganados y los pastos de común.
- Todo el sistema de openfield se ve afectado, atacado y corroído por la concentración parcelaria.
- Estos avances se producen a un ritmo lento ya que el procedimiento para conseguir un Acta de enclosure es complicado y oneroso, al menos hasta el año 1801.
- La Iglesia, que ve disminuir sus ingresos con cada enclosure será directa responsable de esta situación.
A principios del XVII ciertas regiones de Europa habían acumulado concentraciones considerables de industria rural.
En los años 60 del presente siglo se creó un término que describía este proceso: protoindustrialización. Fue empleado por primera vez para referirse a la industria de lino de Flandes).
Las características principales de esta protoindustria las constituyen:
  1. La existencia de trabajadores dispersos.
  2. Empresarios urbanos que les proporcionan las materias primas y venden su producción en mercados lejanos.
  3. Los trabajadores deben comprar al menos, una parte de sus medios de subsistencia.
  4. Suelen referirse a los bienes de consumo, especialmente textiles.
Alrededor de 1770 se producen "revoluciones" en todos los sectores, dando lugar a nuevas estructuras de la economía.
La transformación agraria
Al mismo tiempo que tiene lugar en Inglaterra la revolución industrial, se produce en el país una importante transformación agrícola que favorece, además, la industrialización. Vamos a ver en qué consisten estos cambios agrarios y cómo influyen sobre la industria. En Inglaterra existían las llamadas «tierras comunales». Se trataba de fincas grandes no pertenecientes a persona determinada, sino que eran propiedad de alguna comunidad: aldea, pueblo o ciudad cuyos vecinos se aprovechaban gratuitamente de ellas. Estas tierras comunales solían estar dedicadas a pastos o a bosques, y permitían vivir a los más menesterosos: cualquier habitante del pueblo podía llevar su ganado a pastar en la tierra comunal y, de la misma manera, cualquier vecino, también gratuitamente, podía recoger leña del bosque común, bien para su uso, bien para convertirla en carbón y venderla después.
A mediados del siglo XVIII, esta situación cambió. El gobierno publicó una ley por la que se suprimían las «propiedades comunales». Así, estas tierras, que hasta entonces habían pertenecido a los pueblos, fueron sacadas a pública subasta y compradas por los más ricos: nobles u opulentos burgueses. El resultado, desde el punto de vista social y humano, fue desastroso: los campesinos pobres y los jornaleros sólo podían sobrevivir gracias a las «fincas comunales»; como ahora han desaparecido, no tienen más remedio, para no morir de hambre, que dejar el campo y trasladarse a la ciudad para trabajar como obreros en las nuevas fábricas que en esos momentos se estaban levantando.
El papel de la agricultura.
Aunque no esté claro en que medida la revolución de la agricultura contribuyó a la industrialización quizás esta no se hubiera producido sin una modernización de aquélla. En esta línea deberíamos considerarla una precondición, al menos los datos demográficos así parecen demostrarlo. Entre 1751 y 1821 se duplicó la población de Inglaterra y Gales. Si la agricultura no hubiera respondido al desafío, con déficit de alimentos hubieran faltado recursos para la industrialización. Así se comprueba en los países actuales del Tercer Mundo, cuya incapacidad para aumentar la producción agrícola y alimentar una población creciente hace imposible el despegue industrial.
La denominada revolución agraria fue en gran medida un fenómeno de progreso técnico: irrigación, rotación de cultivos, abonos, maquinaria. El aumento de la producción, especialmente de los cereales con la extensión del maíz, permitió el abastecimiento de las grandes urbes; el crecimiento fantástico de Londres requería la potenciación de su hinterland agrícola. Sin excedente alimentario todas las energías se hubieran orientado hacia la subsistencia, como ocurre en la actualidad en los países subdesarrollados.
En segundo lugar la elevación del precio de los cereales y el aumento de los ingresos de las familias campesinas generó una capacidad de compra en las regiones rurales, configurando un voraz mercado interior, en una época en la que el mercado exterior resultaba inseguro ante la serie de conflictos bélicos que se iniciaron con la independencia americana y continuaron con la revolución francesa y las guerras napoleónicas. Sin mercado no existe producción, y el mercado británico se amplió en primer lugar gracias a los beneficios de la revolución agrícola. Pero tampoco existe producción industrial sin capitales, y estos procedieron en gran medida del campo, de la acumulación generada por la coincidencia de las elevadas cosechas y de los precios altos. Finalmente la renovación de las técnicas de trabajo agrícola con la introducción de arados y trilladoras redujo la necesidad de personas en el campo, con lo que se facilitó a los centros industriales la mano de obra imprescindible.

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